Con una inversión superior a $1.500 millones, el Proyecto Soto Norte ha garantizado becas universitarias a 57 jóvenes de Soto Norte

• El Proyecto Soto Norte destinó más $1.500 millones para que los jóvenes bachilleres de cinco municipios de la provincia de Soto Norte no tuvieran excusa alguna para terminar su bachillerato y continuar con sus estudios de pregrado.
• El sábado 3 de diciembre se realizó el Primer Encuentro de Becarios, en la sede Guatiguará de la Universidad Industrial de Santander.

Bucaramanga, diciembre 3 de 2022 – Con una inversión que supera los $1.500 millones, a través del programa ‘Mi Beca’, el Proyecto Soto Norte ha garantizado los estudios de educación superior de 57 jóvenes de estratos 1, 2 y 3 de los municipios de California, Suratá, Tona, Charta y Matanza.

Gracias al buen puntaje obtenido en las pruebas Saber 11, cada uno de ellos tuvo la oportunidad de escoger una carrera profesional en cualquiera de las instituciones públicas y privadas del país, sin pensar en los recursos económicos que se necesitaban para pagarla y/o para garantizar su permanencia en el programa.

“A cada uno de ellos se les ha otorgado un importante apoyo económico que consiste en la entrega de 2,2 salarios mínimos mensuales legales vigentes para matrícula y 1,5 salarios mínimos mensuales legales vigentes para sostenimiento durante cada uno de los semestres de formación. Para esto, el Proyecto Soto Norte firmó un convenio con el Icetex que hoy ya muestra resultados”, afirmó Heidy Ovalle, gerente social.

Entre las carreras más apetecidas por estos jóvenes, que ayudarán a construir un mejor futuro para la provincia de Soto Norte, están Ingeniería Civil, Derecho, Idiomas, Psicología, Ingeniería de Sistemas, Ingeniería Industrial, Ingeniería Mecánica, Ingeniería Mecatrónica y Trabajo Social, entre otras.

Sergio Andrés Gelvez Rojas, uno de los beneficiarios, manifestó que gracias a este apoyo pudo estudiar Ingeniería Ambiental en la Universidad Pontificia Bolivariana; además la compañía le dio la oportunidad de hacer sus prácticas y, posteriormente, de vincularlo al equipo de profesionales que trabajan en el área de saneamiento básico.

“Este programa me ayudó bastante para hacer mi vida profesional. La Universidad Pontificia Bolivariana tenía elevados costos que hubiera sido casi imposible asumirlos. Me cubrieron el 100% de toda la carrera, más un auxilio para hospedaje y alimentación”, indicó.